miércoles, 17 de febrero de 2010

Se completan negociaciones con América Latina

Por Oscar Troncoso

Jefe Departamento América Latina y el Caribe de DIRECON
16 de febrero de 2010

En pocos días más, la Presidenta Michelle Bachelet hará escala en Guatemala para los últimos trámites legales que permiten cerrar un acuerdo comercial con ese país en el Marco del TLC con Centroamérica. También se está en los “retoques finales” del acuerdo con Nicaragua bajo el amparo de ese mismo esquema. Con ello se cierra un ciclo de negociaciones en la región, que empezó en el año 1991 con la firma del ACE con México y que terminaría en este caluroso verano 2010.

Esto no ha sido casual: Chile ha apostado por la inserción internacional como uno de los ejes de su crecimiento económico y América Latina ha sido uno de sus principales aliados. Junto a la apertura unilateral y a los compromisos multilaterales, los acuerdos económicos negociados bilateral y plurilateramente han sido distintivos de su política económica internacional. En la década de los noventa existía alta coincidencia de políticas económicas en los países de la región y un vigoroso dinamismo integracionista bajo la forma de acuerdos sub-regionales y bilaterales (marco ALADI).

Actualmente, el panorama político y económico ha cambiado: los actuales gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Argentina, y parcialmente en Uruguay, Paraguay, El Salvador y Brasil, han configurado un cuadro económico alternativo, que se aleja de las políticas económicas ortodoxas; muestran diferencias con EE.UU. en temas sensibles; ha renacido cierto proteccionismo en el comercio exterior, incluso antes de la crisis económica internacional; y, se presenta cierta tendencia a la regulación sobre las inversiones extranjeras.

En el periodo 2004-2008 (antes de la crisis), los gobiernos de la región se vieron favorecidos por un importante crecimiento económico y mejoramiento en sus cuentas fiscales y externas, gracias al notable auge de los precios de las materias primas.

Sin embargo, los procesos de integración han mostrado dificultades. Desavenencias en MERCOSUR, en la CAN y el freno a la convergencia en los acuerdos bilaterales en la ALADI. Además, el UNASUR ha renunciado a avanzar en el ámbito económico-comercial, con la excepción del tema de infraestructura (en IIRSA), pero que no alcanza en sus proyectos la dimensión esperada originalmente.

El escenario que enfrenta Chile en la región es de un mayor grado de protección a la producción local en los países vecinos y de una redefinición de las reglas del juego en materia de inversión extranjera, privilegiando la inversión extranjera directa (IED) en las áreas definidas en cada uno de los países.

A pesar de las dificultades que ha tenido la región para integrarse en sus distintas fases de desarrollo, Chile postula que la unión económica de nuestros países sigue siendo un proyecto irrenunciable. Probablemente hoy día más que en el pasado, porque ahora los desafíos son mayores: la actual fase de la globalización hacen más vulnerables nuestras economías frente a los vaivenes de la economía mundial; la emergencia de China y la India como potencias en pleno crecimiento, productoras a bajo costo de manufacturas y servicios, dificultan el posicionamiento competitivo de nuestros países.

Para salir del subdesarrollo, Latinoamérica se encuentra obligada a diversificarse más allá de bienes primarios y la integración es un componente fundamental para agregar valor a las exportaciones, potenciar las pequeñas empresas y mejorar la eficiencia de la fuerza de trabajo.

En consecuencia, Chile ha priorizado la convergencia arancelaria, la homogenización de disciplinas y un sistema único de solución de controversias sobre la base de los existentes acuerdos bilaterales y los esquemas subregionales del MERCOSUR y la CAN.

Chile apunta a profundizar los acuerdos bilaterales y plurilaterales suscritos con la región para incluir, actualizar y establecer nuevos temas, que generen las condiciones para continuar expandiendo nuestras relaciones económicas.

Ello es lo que nos ha impulsado a seguir nuestro camino negociador, que culmina con la firma de estos dos últimos acuerdos, para decir que hemos cumplido en América Latina.

FUENTE: WWW.DIRECON.CL

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